«Weretilneck pone a prueba no solo la plena vigencia de la Constitución provincial sino también la independencia del Poder Judicial»
El pueblo rionegrino asiste a la ya indisimulada confesión del Gobernador Alberto Weretilneck: su ambición por perpetuarse ilegalmente en el poder, y el ensañamiento para impedir que Martín Soria sea el próximo gobernador. Para Weretilneck, pareciera que su ambición y su ensañamiento son dos caras de una misma moneda.
Asentado en estos dos conceptos viene pergeñando su estrategia, sin el más mínimo miramiento por la Constitución provincial, viciando la justicia y condicionando la libertad de prensa.
Aunque el Gobernador juega con la sociedad hablando hoy de su “re-re”, mañana del “balotaje” y pasado sembrando dudas sobre el cronograma electoral; el día 30/11/18, corrido por los tiempos, se vio obligado a jugar su primera carta: logró, por mayoría, que la Legislatura derogara la Ley que establecía las PASO en Río Negro. Y lo hizo sin consultar a ningún partido político, sin ningún argumento válido, pisoteando la propia historia de construcción de esta Ley votada en 2014 (pero nunca aplicada), luego de una amplia consulta a los partidos y publicitada por el Gobierno provincial como el “diálogo político rionegrino.”
Una cuestión grave que conlleva la derogación de la Ley PASO es que consolida la distribución arbitraria que hace Weretilneck de la pauta publicitaria oficial, utilizando los recursos públicos para comprar voluntades y censurar la crítica, con el único objetivo de atornillarse en el sillón de Laprida 212. Ello es así porque con la abolición de esta Ley se clausura el derecho de los partidos políticos de dar a conocer sus propuestas en igualdad de condiciones. Hay compra de voluntades en el manejo de la pauta publicitaria.
Los argumentos por los cuales se derogó la Ley Paso son falsos, los objetivos son corruptos, las formas son autoritarias y se pone a la Provincia en riesgo republicano. Queda absolutamente claro que Weretilneck está dispuesto a la ilegalidad para alcanzar sus objetivos.
Otro globo de ensayo de Weretilneck es la pretensión de violentar la Constitución provincial, haciendo una interpretación amañada del Artículo 175, contradiciendo incluso sus propios dichos. El 28 de octubre de 2017 manifestó, en declaraciones publicadas por el diario lmcipolletti.com: “Así como está la Constitución no puedo ser candidato y tampoco aspiro a serlo. No tiene sentido analizar la candidatura…”, pero el 25 de noviembre de este año decidió autoproclamar su “re re”: “Puedo ser candidato, ya que fui electo una sola vez gobernador”, dijo sin que se le mueva un pelo. En este caso, el mensaje podría tener como destinatario principal al Poder Judicial, y en segundo lugar a su propia tropa, ya que más que una declaración parece una advertencia.
A ello le sumamos la recurrente amenaza (¿Sesión del 28 de diciembre “día del inocente”?) de implementar el “balotaje” o segunda vuelta en Río Negro como último y desesperado intento de frenar la elección de Martín Soria como gobernador.
Las reglas de juego se establecen para el sistema democrático, no en beneficio de un partido y mucho menos de una persona en particular. No podemos permitir poner las leyes electorales al servicio de la especulación coyuntural del partido de gobierno. La legalidad electoral es una base para la legitimidad democrática.
La ambición y el ensañamiento de Weretilneck pone a prueba no solo la plena vigencia de la Constitución provincial sino también la independencia del Poder Judicial. Los Jueces a quiénes eventualmente les toque actuar ante la envestida del Gobernador, tienen solo dos posibilidades, o se ponen del lado de la Constitución y las leyes o avalan su violación fraudulenta.
De cualquier manera, Macri y Weretilneck estarán en el último año de su último mandato. El 10 de diciembre de 2019 finalizarán estos gobiernos neoliberales que destruyeron la producción y empobrecieron al pueblo. Por el voto popular serán elegidos un nuevo gobierno nacional y provincial para poner en marcha la esperanza de una vida más digna.
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